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lilith32

EL DORADO

Cuando estoy en casa, me conecto a veces a internet. Busco y exploro. Busco todo lo que me excita y, al mismo tiempo, me enferma.
Busco la excitación que nace de la humillación. Busco la aniquilación. Busco a los indi
viduos más extraños, aquellos que me envían fotos turbadoras, fotos sadomaso, aquellos que quieren desahogarse, aquellos que me tratan como a una cualquiera puta,
Rabia, esperma, angustia y miedo. No soy distinta a ellos. Quiero creer que puedo encontrar a alguien en la red dispuesto a amarme y hacerme pasar noches de frenesí ardientes.
Ayer por la noche accedí sorprendentemente a un foro lésbico. Probar con una mujer . La idea no me repugna del todo. Más que nada tal vez me incomodo o tal vez la razón
sea que me da miedo.
Sara me resulto un nombre de lo más sensual y no me equivoque. Decía que había tenido ocasionalmente relaciones con mujeres y que le habían llenado tanto como para
poder olvidar a los hombres durante muchos meses.
Así que quedamos y nos conocimos. Primero charlamos sobre nuestros gustos de ropa, dimos pasos a la música y continuamos rellenando el tiempo con el ruido de mi silencio.
Le miré las cejas y me entraron unas ganas tremendas de besarlas. ¡Qué cosas más extraña las cejas!, las de Sara se mueven con sus ojos y son tan hermosas que te inducen a besar semejante perfección, para luego seguir por su rostro, sus mejillas, su boca…
Deseaba su calor, su piel, sus manos, su saliva, su voz.
Quería acariciarle su cabeza, visitar su islote con mi aliento, procurarle una fiesta por todo su cuerpo.
Sin embargo, me parece obvio me sentía inhibida, para mi era algo nuevo y no podía pretender que tanbien tuviera las mismas sensaciones que yo..
Me miraba y se humedecía los labios, su mirada era irónica y al fin me rendí. No a ella, sólo a sus caprichos.
¿Quieres hacer el amor?-me preguntó mientras apuraba ka cerveza .-Pero, debes enseñarme…respondí estupidamente. Acercó mi boca a la suya ya humedecida por su lengua y me beso muy tiernamente, dos tres, cuarenta veces…..Me concentré en la humedad que emanaba su lengua y la de múltiples sensaciones nuevas a las que iba a experimentar.
Mi almeja lubricaba a chorros a cien por hora, resbalando por mis muslos haciendo visible lo invisible. Paro un momento y me susurro al oido –cielo, sólo saciaba mi sed!.
La voz más dulce que sentí jamás.-Acompáñame hasta el baño, tengo una necesidad-
La seguí, tambien mis ojos, y tambien lo hicieron todos los ojos de aquel bar.
Entramos en un lavabo estrecho, muy estrecho y me aparto el pelo con sus dedos finos y blancos. Subió hasta mi oreja y me acarició suavemente el lóbulo de la oreja con su imparable lengua.Sus ojos no mentían y su lengua hablaba por si sola….Su dedo bajo en zig-zag hacia mi canalillo saltando la aureola teñida de sudar y logrando sobreexcitar
aún más mi cabeza.
Mi mano instintivamente se dirigió hacia su cueva perfectamente rasurada como el de un bebé consiguiendo hacer gemir aquella voz tan dulce. Entró un dedo, suavemente, y le siguió su vecino, que cálida y hermosa era.
Gimió y se arrodilló delante de mí. Su imagen consiguió turbarme aún más y me senté en la taza para que pudiera seguir experimentado conmigo.
Esta vez su lengua era la que iba dejando el surco a través de toda mi piel dirigiéndose hacia el camino de mi vulva….Paró y mi me miró, paró y sonrió.¿cómo podía ser tan exquisitamente tan hermosa?. Se mojó los labios con una exquisitez propia de una mujer que sabe perfectamente lo que hace.
Primero fueron toques ligeros de lengua alrededor de mi almeja, y la reacción de mis piernas eran abrirse de par en par para recibirla, después bordeó varias veces el bello para meter de lleno su larga lengua. Cerré los ojos porque no podía más aguantar aquella visión tan placentera y sentí como mis muslos se contraían por momentos.
Me deje caer hasta el suelo porque sentía la necesidad de repetir su acción……
Me guió su dedo hacia sus labios rojos. Los perfilé otra vez con mi lengua sintiendo su hermosa textura y su relieve. Abrió la boca y mi dedo jugeteó con su lengua. Estaba fría, estaba húmeda….y me arrodillé delante de ella para cambiar mi dedo por mi lengua, por mi boca.
Quería regalarle el orgasmo más placentero para que lo pudiera recordar para siempre.
Mi boca bajó, mi lengua detrás, su pezón derecho reendureció y de nuevo empecé a lubricar más y más-
Abrí los ojos y busqué su clítoris endurecido, y sentí su alivio, sentí que se iba de este mundo….chupe, lamí, froté y se fue yendo poquito a poco, despacio sin poder contenerlo.
Abrió el bolso y sacó al “dorado”, su compañero de noches de pasión. Un vibrador de lo más curioso, suave como ella, frío como su lengua.
Lo metió en mi boca y me volví loca. Jugó con mi lengua durante mucho rato mientras ella se recuperaba. Lo bajo hacia mis pechos apretándolo fuertemente y me masajeó hasta que mis pezones quedaron aturdidos. Siguió jugando con mi piel y su amigo bajando hacia mi almeja en un camino eterno.
Lo empujó suavemente y desapareció ante mis ojos. ¡ qué placer!, que hundía y resurgía entre mi humedad una y otra vez, cada vez más deprisa cada vez más segura.
Abrió la boca de nuevo para recibir mi lengua y cuando creía morirme de gusto sacó su dorado y me metió de nuevo su lengua.
Me llenó tanto de placer…….Nos vestimos y nos retocamos en el espejo mientras me acariciaba las nalgas.
Nos despedimos con un sencillo beso en la mejilla prometiéndonos que nos llamaríamos un día para romperme el culo con su dorado.

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