SUDAR
Los días calurosos suelen ser casi siempre excitantes ., sobre todo cuando se levanta una pequeña brisa refrescante.
Cuándo el sudor va bajando por tu frente hasta encontrarse con tus labios, y tú tú boca está seca y lo único que tienes cerca para saciar tu sed es aquel cuerpo de media mujer moviéndose con gestos provocativos delante de tus ojos.
Esas curvas, esas nalgas Te imaginas que toda ella está empapada en sudor, lo que te provoca una pequeña erección bajo tus pantalones.
Te sientes ridículo al mirar hacia abajo y comprobar que el bulto sobresale más de lo que debería, pero no puedes por más que lo intentas apartar los ojos, ni tan siquiera de su sombra.
La pequeña brisa que se levanta te permite ver claramente el ceñido vestido blanco que en gran parte escondía su larga melena hasta la altura de los pechos.
¿Te das cuenta?,¡ está sudando!.., lo que darías tu en aquel momento por ser gota y poder recorrer todo su cuerpo hasta llegar a lo más profundo ., y una vez allí reservarte de lo mejor lo mejor,.Su sombra.
Te has convertido en una gota y apenas puedes moverte, pero, eres listo y cuando eras más joven practicabas alpinismo.¿lo recuerdas?.
Siempre habías creído que tan sólo servía para admirar los blancos encajes de tu compañera de trabajo.
Lo estás haciendo muy bien!.Prueba ahora más rápido y sin tropezar; era lo que casi siempre solías decirle sin dejar de clavar tus ojos en sus muslos
Has tardado un poco hasta subir al pezón izquierdo, pero todo tiene su lógica.Podrías haber llegado antes sino te hubieses entretenido jugando a la montaña rusa con las caderas.
Juntos escalaremos y descenderemos a aquel órgano saliente de número par visiblemente abultado.
Una vez en el pezón te sientes de lo más colonizador, estás bien, te sientes cómodo, y piensas ¿qué para que bajar?.
Pero el cuerpo de la mujer no piensa igual que tú, y empieza poco a poco a ponerse en moviendo muy lenta y pausadamente. Es ahí cuando empiezas a temerte lo peor para ti.
En ese momento no soportarías que ninguna otra gota como tu se le ocurriera aprovecharse de lo que ya es tuyo.
Estás tan cansado que el sueño te está venciendo, y decides subir hasta esa masa tan blanda de color rojizo y sugerente como son sus labios,
El ascenso es divertido y utilizas de trampolín su pezoncito que conseguiste poner bastante duro con tan sólo saltar sobre el dos veces.
¡Ya está!., te acurrucas, le miras a los ojos, y lo único que puedes ver desde tu plano
son unos simpáticos agujeritos en el cual sobresalen unos pelillos que dan cierto aire de despiste.
Pero tú mirada va más allá, estas dormido, y sueñas que eres ese chico que llega tarde a aquel parque donde le está esperando una chica sentada que tiene mucho calor.
Te acercas, pero con el fin de no despertarla nunca de su sueño dudoso para no poderle robarle a aquellos labios esa gota que duerme balanceándose cuando respira..
Quieres abrazarla, pero te das cuenta que como ella muchas gotas más sufrirán cuando lo hagas. Y tu fuerza de deseo puede más que todas las gotas que en unos instantes matarás sin querer.
Tus botones del pantalón tienen el acorde perfecto para que con tan sólo mirarlos puedes abrirlos con el pensamiento todos de una vez y al momento.
¡Estás nervioso, tiemblas!.Tus dedos flaquean y tus ojos chispean.Te acercas más
¡Hace mucho calor!,-dice ella. Pero tu la dejarás un rato más al sol con alguna excusa tonta, y mientras lo haces, pensarás en aquella gota tan fresca que reposa en sus labios y que seguramente despertarás de su lánguido sueño para beber de ese beso que tanto deseas.
Se levanta, se dirige hacia casa¡no entiende tu comportamiento!, no sabe lo que pretendes, sólo sabe que sus piernas entreabiertas están cansadas y quemadas de esperarte en el sol.
Lo siguiente que recuerdas es aquella gota y miles como ellas resbalando por vuestros cuerpos sudorosos y cansados de los movimientos producidos por una sed en la que ambos cuerpos se refugiaron para dárselo todo.
Aquellas que podían tener acceso a las partes más ocultas de su cuerpo.
Las que siguiendo el surco de agua te indicaban el camino a seguir para llegar a su monte de Venus, junto a sus flores del jardín perfumado
Los días calurosos suelen ser casi siempre excitantes ., sobre todo cuando se levanta una pequeña brisa refrescante.
Cuándo el sudor va bajando por tu frente hasta encontrarse con tus labios, y tú tú boca está seca y lo único que tienes cerca para saciar tu sed es aquel cuerpo de media mujer moviéndose con gestos provocativos delante de tus ojos.
Esas curvas, esas nalgas Te imaginas que toda ella está empapada en sudor, lo que te provoca una pequeña erección bajo tus pantalones.
Te sientes ridículo al mirar hacia abajo y comprobar que el bulto sobresale más de lo que debería, pero no puedes por más que lo intentas apartar los ojos, ni tan siquiera de su sombra.
La pequeña brisa que se levanta te permite ver claramente el ceñido vestido blanco que en gran parte escondía su larga melena hasta la altura de los pechos.
¿Te das cuenta?,¡ está sudando!.., lo que darías tu en aquel momento por ser gota y poder recorrer todo su cuerpo hasta llegar a lo más profundo ., y una vez allí reservarte de lo mejor lo mejor,.Su sombra.
Te has convertido en una gota y apenas puedes moverte, pero, eres listo y cuando eras más joven practicabas alpinismo.¿lo recuerdas?.
Siempre habías creído que tan sólo servía para admirar los blancos encajes de tu compañera de trabajo.
Lo estás haciendo muy bien!.Prueba ahora más rápido y sin tropezar; era lo que casi siempre solías decirle sin dejar de clavar tus ojos en sus muslos
Has tardado un poco hasta subir al pezón izquierdo, pero todo tiene su lógica.Podrías haber llegado antes sino te hubieses entretenido jugando a la montaña rusa con las caderas.
Juntos escalaremos y descenderemos a aquel órgano saliente de número par visiblemente abultado.
Una vez en el pezón te sientes de lo más colonizador, estás bien, te sientes cómodo, y piensas ¿qué para que bajar?.
Pero el cuerpo de la mujer no piensa igual que tú, y empieza poco a poco a ponerse en moviendo muy lenta y pausadamente. Es ahí cuando empiezas a temerte lo peor para ti.
En ese momento no soportarías que ninguna otra gota como tu se le ocurriera aprovecharse de lo que ya es tuyo.
Estás tan cansado que el sueño te está venciendo, y decides subir hasta esa masa tan blanda de color rojizo y sugerente como son sus labios,
El ascenso es divertido y utilizas de trampolín su pezoncito que conseguiste poner bastante duro con tan sólo saltar sobre el dos veces.
¡Ya está!., te acurrucas, le miras a los ojos, y lo único que puedes ver desde tu plano
son unos simpáticos agujeritos en el cual sobresalen unos pelillos que dan cierto aire de despiste.
Pero tú mirada va más allá, estas dormido, y sueñas que eres ese chico que llega tarde a aquel parque donde le está esperando una chica sentada que tiene mucho calor.
Te acercas, pero con el fin de no despertarla nunca de su sueño dudoso para no poderle robarle a aquellos labios esa gota que duerme balanceándose cuando respira..
Quieres abrazarla, pero te das cuenta que como ella muchas gotas más sufrirán cuando lo hagas. Y tu fuerza de deseo puede más que todas las gotas que en unos instantes matarás sin querer.
Tus botones del pantalón tienen el acorde perfecto para que con tan sólo mirarlos puedes abrirlos con el pensamiento todos de una vez y al momento.
¡Estás nervioso, tiemblas!.Tus dedos flaquean y tus ojos chispean.Te acercas más
¡Hace mucho calor!,-dice ella. Pero tu la dejarás un rato más al sol con alguna excusa tonta, y mientras lo haces, pensarás en aquella gota tan fresca que reposa en sus labios y que seguramente despertarás de su lánguido sueño para beber de ese beso que tanto deseas.
Se levanta, se dirige hacia casa¡no entiende tu comportamiento!, no sabe lo que pretendes, sólo sabe que sus piernas entreabiertas están cansadas y quemadas de esperarte en el sol.
Lo siguiente que recuerdas es aquella gota y miles como ellas resbalando por vuestros cuerpos sudorosos y cansados de los movimientos producidos por una sed en la que ambos cuerpos se refugiaron para dárselo todo.
Aquellas que podían tener acceso a las partes más ocultas de su cuerpo.
Las que siguiendo el surco de agua te indicaban el camino a seguir para llegar a su monte de Venus, junto a sus flores del jardín perfumado
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